Crítica a Homo Argentum por Cristian Olcina en 100% Cine
Homo Argentum es un éxito total, a nivel cinematográfico, de taquilla, de público, y en sus objetivos; es un filme que captura el zeitgeist argentino, y además lo irrumpe como la película en boca de todos. Imposible no verla . Debajo de la foto, la crítica escrita más formal; más abajo la crítica radial, más informal, completa en los reproductores de audio solo de Spotify o Soundcloud, o de YouTube con video.
Homo Argentum es un proyecto que estaba destinado a ser un éxito desde su misma concepción. Ya tenía la semilla del triunfo y a unos pocos días del estreno ya reventó la taquilla. Ya se huele la victoria, es un súper éxito tal cual estaba concebida y pronosticada. La idea tiene un gran gancho que es que la mayor estrella de la cinematografía argentina, Guillermo Francella, protagonice 16 cortos diversos, haciendo 16 personajes distintos con 16 caracterizaciones y maquillajes distintos. Un golazo.
Pero, ¿qué es lo que justifica estos 16 cortos? ¿Cuál es el objetivo de la película? En cierta forma, es retratar al argentino ventajista, lleno de viveza criolla, que intenta vivir de los demás de formas que muchas veces son inmorales y otras veces son directamente ilegales. La película muestra lo peor de la argentinidad y es muy efectiva haciéndolo. Eso, a su vez, genera que determinada parte del público que se siente tocada se sienta incómoda porque los revela en lo que son, los espeja y a muchos les saca la careta.
El gran problema de la película, indudablemente, es que su concepto está un poco errado en el siguiente aspecto: el argentino chanta, que es definido por esta película como una especie de argentino promedio, es más indefinible que lo que muestra la película. Porque lo que realmente muestra la película es un porteño chanta, o quizás un habitante del área metropolitana de Buenos Aires, que incluye al conurbano bonaerense. Quizás hubiera sido más exacto, en vez de ponerle Homo Argentum, ponerle en cambio Homo Porteñum o quizás hasta Homo Ambalensis. Y en ese sentido, también demuestra cómo el habitante de Buenos Aires muchas veces cree que la Argentina termina ahí y se olvida que hay un interior con distintas realidades, con distintas sociedades que pueden no ser igual a la realidad que se está viendo ahí. En ese sentido, la película es muy poco federal, algo que, por ejemplo, Metegol de Juan José Campanella logró sortear con gran éxito, aunque este no es el caso.
Más allá de que la película confunde la porteñidad con la argentinidad, está correcta desde el punto de vista porteño, donde muchas veces esa confusión es la norma. No se puede negar que muchas de las características de estos porteños chantas que protagonizan los cortos se ven reflejadas en distintas partes de la Argentina. Algunas características son más universales, como por ejemplo una familia que se le va una hija a vivir a España, eso puede pasar en cualquier provincia, o un hombre que básicamente podríamos decir que da la vida por el fútbol, y eso es muy argentino. En cambio, otros personajes son más de lo que sería el ecosistema porteño.
La pareja directorial Cohn / Duprat aparentemente ha entrado en una etapa de su carrera donde no pueden fallar. Todo lo que hacen es bueno. Podemos discutir los grados de bueno, si es simplemente bueno, muy bueno o excelente, pero ciertamente no fallan. Son grandes directores del cine nacional y dan un aire fresco a lo que es la cinematografía argentina, una cinematografía donde el público elige voluntariamente pagar por esos filmes y hacerlos exitosos, y así fomentar la cadena de producción de nuevas obras hechas para la gente y no como el psicoanálisis de algún director medio rallado que se cree artista.
Al igual que todas las películas de antología, no se puede evitar que cada corto tenga una calidad distinta, aunque el nivel general de todos es muy bueno. Cada uno de los 16 tramos que forman la película está bien hecho, está bien resuelto, están bien actuados y funcionan. Sin embargo, obviamente algunos serán más atractivos que otros. El primer corto, por ejemplo, denominado "Aquí no ha pasado nada", es muy efectivo en sentar el tono de la película y en mostrar a un argentino irresponsable, de poca memoria, que va a tratar de negar la consecuencia de sus actos.
El episodio, por ejemplo, de un padre de familia con hijos grandes que le piden un adelanto de herencia es realmente buenísimo, ya que a la avivada que presentan los hijos, la respuesta del padre es absolutamente brillante. Y esto da paso a la idea de que en esta argentinidad retratada, el que no corre vuela, o también otra frase común en este país es "cocodrilo que se duerme es cartera".
El tono de los cortometrajes es correcto, funcionan bien todos juntos, tienen una sensación de película a pesar de que son 16 viñetas distintas. Están bien hechas, son creíbles, son realistas y desde el punto de vista cinematográfico están bien construidas, con un uso excelente del lenguaje y de la narrativa cinematográfica, como suele suceder en las películas de Cohn y Duprat. Aunque en este caso, la imagen se la ve un poco más cinematográfica, por así decirlo, que otros filmes que se los ve como demasiado realistas, como muy en vídeo, aunque evidentemente ha sido la intención en todos los casos.
Volviendo el único problema importante que tenía la película puedo acercarles una solución a los directores, y va sin cargo, se podría hacer una Homo Argentum 2 con 16 cortos más que podría llamarse inclusive Homo Argentum 2: La revancha del interior; y que ahora un actor protagonice distintas avivadas en distintos pueblos y ciudades del interior del país y así se completa el retrato de los argentinos podría ser protagonizada por Ricardo Darín y sin lugar a dudas sería un súper éxito.
Si hay gente que se siente ofendida por la película, lo más probable es que se sienta tocada o también que sea resentida por ser un enorme éxito sin plata del Instituto de Cine, demostrando así que se puede hacer cine sin robarle a los contribuyentes y, sobre todo, sin robarle a los pobres que pagan una enormidad de impuestos en la Argentina. En ese sentido, a pesar de que la película muestra la gran inmoralidad de los argentinos, es una apuesta moral por el cine argentino. Cohn, Duprat y Francella son exactamente lo opuesto a los que retratan y eso les da la autoridad moral para hacer la película. En ese sentido, es una gran película que merece ser vista por todos los argentinos. Una de las grandes películas del año en la Argentina, si no la ves, nos sos argentino.
Cristian Olcina
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Aquí está crítica de audio que se emitió por FM Play el día 16/08/2025, más abajo, en el reproductor de YouTube, exactamente la misma crítica pero con video:
Aquí la misma crítica radial, pero con video:
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